Impulsan un proyecto para avanzar en física nuclear a través del estudio de hadrones exóticos

El proyecto ExoHad (Coordinated Theoretical Approach for Exotic Hadron Spectroscopy), dirigido por Adam Szczepaniak, investigador y profesor en la Universidad de Indiana, tiene como objetivo analizar los datos recogidos por colaboraciones experimentales (como GlueX en el laboratorio Jefferson) y avanzar en marcos teóricos para alcanzar predicciones precisas sobre las interacciones nucleares y las propiedades de la materia nuclear. Recientemente, el proyecto ha recibido una ayuda de 1.8 millones de dolares del Departamento de Energía de Estados Unidos, para profundizar en el estudio de hadrones exóticos y progresar en el conocimiento de la física nuclear.

"Nos entusiasma trabajar en estos temas tan importantes, que en última instancia pueden proporcionarnos una mejor comprensión de la propia materia", afirma Szczepaniak. "Esperamos encontrar muchos fenómenos novedosos que aún no hemos visto, aunque no podemos predecir exactamente cuáles serán".

Aunque la física nuclear examina partículas a una escala increíblemente pequeña, estas investigaciones pueden tener un gran impacto: ayudar a avanzar en la comprensión del propio universo. "Conocer a fondo la física nuclear puede suponer avances en campos muy diversos, como la medicina o la climatología", explica Szczepaniak.

Para comprender mejor la física de hadrones exóticos, el proyecto ExoHad reúne a tres equipos científicos: uno encargado de realizar experimentos, otro que desarrolla teorías y simulaciones numéricas, y otro que combinará los resultados obtenidos en los experimentos con las predicciones extraídas de los cálculos teóricos.

"Se espera que los hadrones exóticos que la colaboración pretende desentrañar contengan muchos gluones, que son las partículas más misteriosas que se conocen en física", explica Szczepaniak. "Solo existen en las profundidades de los núcleos atómicos y son responsables de más del 95% de la materia visible del universo, pero cómo ocurre esto sigue siendo un misterio".

El proyecto cuenta con la participación de doce instituciones, 9 de Estados Unidos y 3 de Europa, entre estas últimas, el Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universitat de Barcelona (ICCUB), a través del investigador Vincent Mathieu.