Además del nuevo récord de energía a la que funcionan los experimentos del LHC desde junio de 2015, por primera vez en este periodo de funcionamiento con iones de plomo el experimento LHCb se suma a la tarea con ALICE, ATLAS y CMS. ¿La razón? La geometría 'peculiar' de su espectrómetro, situado en un ángulo bajo respecto de donde se producen sus colisiones, permiten obtener información extraordinaria para conocer la naturaleza de los estados formados en esas colisiones. Lo explica Cibrán Santamarina, investigador de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) en LHCb.