Determinan los niveles de polonio radioactivo en el agua embotellada

Investigadores del Centro Nacional de Aceleradores (CNA, Universidad de Sevilla-Junta de Andalucía-CSIC) y del Grupo de Física Nuclear Aplicada de la Universidad de Sevilla (US) analizan los niveles de polonio radioactivo presentes en 32 marcas de agua mineral embotellada. La concentración de esta sustancia en las botellas es superior a la del agua potable de las viviendas, aunque siempre por debajo de los niveles de referencia.
El polonio 210 es un isótopo radioactivo presente de forma natural en la naturaleza (agua, suelos, atmósfera…). Pertenece a la serie del uranio 238, que se caracteriza por la emisión de partículas alfa (núcleos de helio). Este tipo de radiación es la menos penetrante pero sí una de las más dañinas, ya que es muy ionizante. Al tratarse de un elemento muy radiotóxico, pequeñas concentraciones hacen que sea un elemento dañino para la salud. Este radionucleido, aunque se encuentra en pequeñas cantidades en agua, atmósfera y suelo, es uno de los principales contribuyentes a la dosis efectiva que recibe la población general por ingestión. Muertes como la del espía ruso Aleksandr Litvinenko por envenenamiento por ingestión de polonio 2010 en cantidades letales dieron a conocer la peligrosidad de la ingestión de este radioisótopo.
El objetivo del trabajo desarrollado por los científicos del CNA y de la Universidad de Sevilla fue evaluar la dosis efectiva recibida de polonio 210 por la población española a través del consumo de agua mineral embotellada. Para ello se han analizado 32 marcas comerciales que representan la proporción mayoritaria de las marcas consumidas en España para determinar las concentraciones de este elemento mediante espectrometría alfa. El trabajo se completa con estudios sobre la contribución a la dosis recibida de otros dos radioisótopos, el uranio 234 y 238.

Presencia en las rocas del acuífero

La incorporación del polonio 210 al agua mineral se debe a que este elemento se encuentra en las rocas y puede incorporarse al agua en disolución. El tipo de geología que caracterice al substrato del acuífero va a condicionar la mayor o menor presencia de polonio en el agua: cuando el agua fluye a través de los poros y la roca, incorpora este radioelemento. Por tanto, la concentración de polonio en las aguas minerales dependerá de la cantidad de este elemento en la roca, así como de la cantidad de agua que filtre al subsuelo, ya que a mayor precipitación, más diluido estará el polonio en el agua.
Las aguas se analizaron inmediatamente después de la compra, por lo que las concentraciones obtenidas pueden considerarse representativas de los niveles que serían ingeridos por la población. Según la investigadora del Grupo de Física Nuclear Aplicada de la US, Inmaculada Díaz Francés, "aunque los niveles de polonio 210 son inferiores a los de uranio en el agua mineral embotellada, su contribución a la dosis por ingestión es claramente superior, siendo incluso superiores a las del agua potable de nuestras viviendas, ya que estas han recibido un proceso previo de potabilización. No obstante, las dosis están por debajo de los niveles de referencia a partir de los cuales sería necesario adoptar medidas de protección radiológica".
El estudio también relaciona el consumo de agua embotellada con niveles de polonio 210 y la edad de los consumidores. Las personas entre 1 y 7 años reciben una dosis mayor, debido a que el coeficiente de dosis incrementa conforme la edad se reduce. El estudio reafirma la conclusión de que el polonio 210 es uno de los contribuyentes mayoritarios, si no el mayor, a las dosis por ingestión debidas al consumo de aguas minerales embotelladas, y de que en cualquier control radiológico de ese tipo de aguas el análisis de este radionucleido es imprescindible.