A principios de diciembre, las partículas dejaron de circular por el anillo del LHC. Los resultados que deja el mayor acelerador de partículas del mundo en 2016 son impresionantes, superando todas las expectativas.
Los dos grandes experimentos del LHC, ATLAS y CMS, obtuvieron un 60% más de colisiones entre protones entre abril y octubre de lo inicialmente previsto. En total, todos los experimentos del LHC obtuvieron 6,5 mil billones de colisiones (6,5 x 1015) a una energía de 13 TeV, lo que supone obtener más datos solo en este periodo de 2016 que los tres años anteriores juntos.
En términos de física de partículas, la luminosidad integrada (medida de la cantidad de colisiones por unidad de tiempo) alcanzada por ATLAS y CMS llegó a los 40 femtobarns inversos (fb−1), comparados con los 25 planeados.
“Uno de los factores clave que contribuyeron a este éxito fue la disponibilidad del LHC y sus inyectores”, explica Mike Lamont, que lidera el equipo que opera los aceleradores. La disponibilidad del LHC durante 2016 fue de un 50%, lo que significa que el acelerador estuvo produciendo colisiones durante la mitad del tiempo de operación.
Durante noviembre, el LHC cambió el tipo de colisiones, haciendo chocar iones de plomo con protones. “Ha sido un modo de operar completamente nuevo y complejo”, dice John Jowett, al cargo de las operaciones con iones pesados, “pero el excelente funcionamiento de los aceleradores y la capacidad de los equipos involucrados nos ha permitido mejorar nuestras expectativas de funcionamiento”.
Durante este ciclo de funcionamiento la máquina funcionó a 8,16 TeV, un récord para este tipo de colisiones asimétricas (los iones de plomo t son más de 200 veces más pesados que los protones), consiguiendo más de 380 mil millones de colisiones. El LHC tuvo un pico de luminosidad 7 veces mayor del esperado, así como unas excepcionales duraciones para los haces de partículas.
Ahora, los grupos de investigación de todo el mundo que participan en el LHC analizan las enormes cantidades de datos generadas en este 2016 para preparar las conferencias de invierno, donde se presentarán estos resultados.
Mientras, los aceleradores del CERN se toman un largo descanso, conocido como ‘parada técnica extendida de final de año’ (EYETS, Extended Year End Technical Stop), hasta final de marzo de 2017. Sin embargo, los equipos de técnicos e ingenieros que operan los aceleradores no se detienen: la parada invernal es un momento que se aprovecha para llevar a cabo el mantenimiento de estas extremadamente complejas. Así, la parada anual del LHC se ha extendido dos meses para permitir realizar trabajos de renovación en el complejo de aceleradores y sus 35 kilómetros de máquinas. Los haces de partículas volverán al LHC en la primavera de 2017.