La circunferencia del LHC mide 26.659 metros y contiene 9.300 imanes en su interior. El LHC no es solo el acelerador de partículas más grande: solo una pequeña parte de su sistema de criogenia distribuido para refrigerar los imanes puede considerarse como el frigorífico más grande del mundo. Todos los imanes deben ser pre-enfriados a una temperatura de -193,2°C (80 K), usando 10.080 toneladas de nitrógeno líquido, antes de ser rellenados con cerca de 120 toneladas de helio líquido para alcanzar los -271,3°C (1.9 K).
Cuando alcance su máxima energía para la que está diseñado, a partir de 2015, trillones de protones recorrerán el anillo del acelerador LHC 11.245 veces por segundo, viajando al 99.9999991% de la velocidad de la luz, el límite de velocidad en el Universo. Dos haces de protones viajarán cada uno a una energía máxima de 7 TeV (teraelectronvoltios), lo que producirá colisiones entre ellos a 14 TeV. Se producirán unos 600 millones de colisiones cada segundo.
Para evitar colisionar con moléculas de gas dentro del acelerador, los haces de partículas viajan en un vacío ultra-alto, una cavidad tan vacía como el espacio interplanetario. La presión interna del LHC es 10-13 atmósferas, ¡diez veces menos que la presión de la Luna!
El LHC es una máquina de calor y frío extremos. Cuando colisionan dos haces de iones de plomo generan temperaturas más de 100.000 veces más calientes que el corazón del Sol, concentradas en un minúsculo espacio. En contraste, el sistema de distribución criogénico, que hace circular helio superfluído por el anillo del acelerador, mantiene el LHC a una temperatura super-fría de -271,3°C (1,9 K), incluso más fría que el espacio exterior.
Para registrar los resultados de los más de 600 millones de colisiones producidas cada segundo, físicos e ingenieros de todo el mundo han construido instrumentos enormes que miden las partículas con una precisión de micras. Los detectores del LHC tienen sofisticados sistemas electrónicos de triggers que miden el tiempo de paso de una partícula por un lugar concreto con una precisión de unas pocas milmillonésimas de segundo. El sistema de triggers también registra la localización de las partículas con una precisión de millonésimas de metro. Esta respuesta increíblemente rápida y precisa es esencial para asegurar que la partícula registrada en las sucesivas capas del detector es la misma.
Los datos grabados por cada uno de los cuatro grandes experimentos del LHC (ATLAS, CMS, LHCb y CMS) llenarán alrededor de 100.000 DVD de doble capa cada año. Para permitir a los miles de científicos diseminados por el globo colaborar en los análisis de física durante la vida útil del LHC, decenas de miles de computadores ubicados alrededor del mundo están siendo utilizados en una red de computación distribuida llamada GRID.