
La misión de la ESA ha probado con éxito la tecnología necesaria para construir un observatorio de ondas gravitacionales en el espacio. Los resultados, presentados solo dos meses después de haber comenzado las operaciones científicas, muestran que las dos masas de prueba flotan libremente dentro de la aeronave bajo la única influencia de la gravedad, no perturbadas por ninguna otra fuerza externa, con una precisión cinco veces mayor que el requerimiento original de la misión.